La explicación no podría ser más sencilla. En el País Vasco se tiran cada año por el inodoro más de 2.400 toneladas de compresas sanitarias, una cifra que crece exponencialmente. Estas toallitas no se disuelven lo suficientemente rápido como para descomponerse antes de llegar a la planta de tratamiento. La consecuencia son graves congestiones y accidentes en la red de alcantarillado, que provocan costes adicionales de reparación de 1 millón de euros al año. Imaginemos por un segundo cuántas cosas podríamos hacer con ese dinero si no tuviéramos que gastarlo en reparar estaciones de bombeo y plantas de tratamiento. Todos los humanos contribuimos a la creación de un gran monstruo que obstruye y obstruye el sistema.
No nos gusta nada tener que andar señalando con el dedo, pero esta vez no nos queda más remedio. Tú también eres responsable. Tú también contribuyes a alimentar el monstruo de los residuos que no se disgregan cada vez que tiras por el váter una toallita higiénica. Que sí, que es muy cómodo utilizar el inodoro como un contenedor que se traga todos los residuos sin rechistar, desde los restos de un marmitako, hasta las medicinas caducadas y, por supuesto, todas las toallitas higiénicas de este mundo. Pero debes tomar conciencia, porque aunque tú no lo veas, esos residuos no desaparecen por arte de birlibirloque.
Seguro que te va a extrañar lo simple que es la solución: No tires las toallitas higiénicas por el váter. Coloca una papelera al lado del inodoro, tan a la vista que no te permita caer en la tentación de depositar la toallita en el WC. No te rindas en dos días, date un poco de tiempo para modificar esos hábitos. Solo tienes que tratar los residuos domésticos con sentido común y respeto al medio ambiente. No sigas alimentando al Monstruo.