¿Conoces al monstruo invisible?

Contaminación ambiental

Combatir la contaminación ambiental es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la humanidad en la actualidad. El continuo crecimiento de la población y el rápido desarrollo tecnológico e industrial, entre otros, están generando grandes impactos sobre el medio ambiente y, como consecuencia de ello, sobre la salud humana. Uno de los tipos de contaminantes que más preocupa a la Red de Entidades Públicas de Aguas de Euskadi actualmente, son los conocidos como “Contaminantes Emergentes”.

Pero ¿qué son? Los Contaminantes Emergentes son sustancias previamente desconocidas (o no) que, actualmente, no están reconocidas como contaminantes. Su presencia en el medioambiente no es necesariamente nueva, pero sí la preocupación por las posibles consecuencias que pueden causar.

¿Dónde están escondidos?

Estas sustancias se encuentran dentro de una amplia variedad de productos domésticos que la ciudadanía empleamos a diario, sin ser conscientes de su presencia, ya que estos contaminantes no son detectables a simple vista, por eso también se les conoce como el “monstruo invisible”.

Algunos productos que contienen contaminantes emergentes:

Algunos productos de cuidado personal presentan microplásticos

Pequeñas esferas de plástico que son capaces de absorber sustancias de su alrededor, convirtiéndose en partículas más contaminantes. Se encuentran en cantidad de productos de uso diario como la pasta de dientes, los geles de ducha, el body-scrub etc. que acaban vertiéndose por el desagüe de nuestras casas.

Las toallitas humedas

Las toallitas húmedas también preocupan, ya que generan atascos en la Red de Saneamiento. Desechar estas toallitas por el WC es una práctica que debemos evitar ya que las toallitas higiénicas no se descomponen al momento y se van acumulando en las tuberías generando grandes tapones en ellas. Así que recuerda: Las toallitas … ¡A la papelera!

Los fármacos y medicamentos

Los fármacos y medicamentos también constituyen una fuente de contaminación ya que pueden llegar a las aguas a través de la orina y de los medicamentos que desechamos (indebidamente) por el desagüe. ¡Si las bacterias se hacen resistentes a los antibióticos no habrá manera de tratar las enfermedades que provocan!

Recuerda depositar siempre los medicamentos caducados en el punto SIGRE de las farmacias.

Los aceites domésticos

Los aceites domésticos también ocasionan graves impactos, tanto en la Red de Saneamiento como en el medio acuático; un litro de aceite usado puede llegar a contaminar 40.000 litros de agua, el equivalente al que consume cada persona en casa al año. Además, cuando se vierten aceites domésticos y grasas calientes por el fregadero éstos se encuentran en estado líquido, pero, al entrar en el sistema de tuberías y enfriarse, estos aceites y grasas se van solidificando (forman una gelatina dura y pegajosa) y se van adhiriendo a las paredes de las tuberías, generando espumas, tapones y problemas de atascos en la Red de Saneamiento.

¿Qué podemos hacer para evitar esta situación?

¡No hay que alarmarse! Empezar a reducir la cantidad de contaminantes es más sencillo de lo que parece. Aquí os dejamos algunas ideas:

  • Que no falte la información. Saber qué tipo de producto estamos utilizando es fundamental. Para ello podemos leer las etiquetas, buscar productos que estén certificados como “ambientalmente más respetuosos” y/o comprar en lugares que se dediquen a la venta de productos artesanos y ecológicos.
  • ¿De verdad necesitas tanto producto? En ocasiones, simplemente conocer la correcta dosis de aplicación puede ayudar a reducir el riesgo para la salud y el medio ambiente. ¡No se trata de dejar de utilizar productos de higiene o limpieza, sino de emplearlos en la dosis correcta y de manera responsable!
  • Las indicaciones de uso son importantes. Utilizar los productos para los usos para los que están destinados. De esta manera evitaremos generar residuos e impactos ambientales innecesarios.
  • ¿Cuál es la receta de tus productos? Optar por utilizar productos que contengan menos ingredientes considerados como Contaminantes Emergentes. Existen aplicaciones móviles, información en red, e incluso tiendas y establecimientos que marcan la procedencia y los efectos de los ingredientes.
  • Utiliza la papelera. Muchos de los impactos como atascos o contaminación por medicamentos pueden evitarse desechando los productos fuera de uso de manera correcta, evitando que lleguen a la Red de Saneamiento.